viernes, 4 de mayo de 2012

Yo soy el venezolano Nº 19.421.281, y esto es lo que opino.



Yo soy el venezolano Nº 19.421.281, herede este número y me siento por primera vez consciente de ello y orgulloso, orgulloso de una serie de eventos importantísimos en los que participaron ilustres personas que merecen por parte nuestra algo más que un bonito busto en la plaza que nunca visitamos.

Aquí es donde me pregunto si en realidad merezco este número, que puede significar muchísimo de nuestra identidad y de lo que somos como artistas, diseñadores y personas integrales. Esta "herencia" se imparte de manera muy equivocada, pues debo admitir que no tengo recuerdos de historia de Venezuela en mi primaria o bachillerato, que sean tan precisos o extensos como deberían ser. La información es un tesoro muy valioso, la educación no importa más que para promover campañas políticas de izquierda y derecha, pareciera que aquellos "gastos" del país que no generan ganancias están de últimos en la lista (educación, salud, seguridad). 

El texto facilitado por el profesor Yucef escrito por Arturo Uslar Pietri, habla sobre el maestro José María Vargas, el ejemplo del verdadero venezolano, un hombre humilde, con hambre de aprender y ganas de ayudar a un país sumergido en un conocimiento muerto que no iba a ningún lugar, logró instaurar un legado donde la ciencia, la tecnología y el proceso iban de la mano, esa es la herencia que a todos y cada uno de nosotros nos ha dejado, ese deber ser como hombres y mujeres nacidos de esta tierra tan bella como es Venezuela.

Nada de esto es impartido, cada vez las nuevas generaciones nacen sin sentirse orgullosos de donde son, desconocen más el significado del amarillo, azul y rojo, en parte por lo mal encaminado que esta el conocimiento en el país así como los constantes cambios hechos a nuestros símbolos patrios que generan desapego y falta de identificación por todos.

Aquí entra perfectamente el ¡BOOM! ocurrido la semana pasada en las redes, un video publicado por dos jóvenes caraqueños de un estatus social digamos pudiente. El video Caracas, ciudad de despedidas creo revuelo entre las masas navegadoras.


Luego de ver dicho video, no puedo negar que me gusto, propusieron un tema y digamos que lo lanzaron al agua como manzana en barril para darles mordidas y ver si sacaban algo. Por supuesto que sentí disgusto, los monólogos son vacios y tontos, la falta de seriedad destaca la poca madures con que abordaron el tema, no obstante me identifique con una pequeña parte del video, Me ria Demasiado, una expresión bastante común entre jóvenes estudiantes, la expresión se basa en el anhelo que tenemos los venezolanos por irnos demasiado a otros países, viajar, estudiar, visitar, conocer, pues por alguna razón aquí en Venezuela no conseguimos lo que queremos, afuera sí, y luego regresamos a ver si todo es más bonito y seguro como pa' rumbear a las tres de la madrugada(¿?).

Por otro lado, la cantidad de respuestas por los cibernautas me dejo boquiabierto, insultos bastante fuertes que solo me demostraban esa ira y resentimiento del venezolano cuando hablan de una "clase social", estas personas ocultas bajo el anonimato del internet descargaron su ira y su rabia hacia estos muchachos, que después de todo lo que exponen (aunque recalco de manera un poco, bueno de manera absolutamente ridícula) les afecta. Yo siempre he dicho que todos tenemos problemas, unos más grandes que los de otros, pero son problemas a fin de cuentas y nos afectan a todos por igual. Simplemente es su punto de vista, ese zoom a la realidad que transcurre alrededor de sus vidas, y que de otra manera nos chispea a todos de distintas formas, sin importar si somos un pata en el suelo o no.


Todo esto nos introduce a una realidad que tememos, los jóvenes se van del país, cada vez menos personas conocen sobre el primer presidente civil de Venezuela o al portador de la cedula Nº1, el estado no difunde los principios morales y éticos, incluso el arte parece ni siquiera enseñarse, sino con el fin de decorar la pared vacía que no combina con los muebles. El conocimiento, la identidad y la creación artística están de la mano, es nuestra obligación como venezolanos portadores de cedulas de identidad "histórica", cultivar esta herencia, para que no se pierda la verdadera forma de esta tierra que es Venezuela.








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